domingo, 11 de marzo de 2012

Margaret Mead.

Que yo no sea un fantasma inquieto que ronde tus pasos cuando vayan
más allá del punto donde me has dejado, de pie sobre la hierba recién crecida.
Que seas libre de tomar un camino cuyo fin no siento necesidad de conocer,
ni la ansiedad febril de estar segura de que vas adonde yo hubiera querido que fueras. 
Aquellos que encierran el futuro entre dos muros de piedras bien dispuestas
sólo echan un fantasma a andar por ellos un lóbrego camino para huesos polvorientos.
Que puedas pues partir sin remordimientos y dejar este país familiar.
Con un beso sobre mis cabellos, y todo el futuro entre tus manos.

sábado, 10 de marzo de 2012

Tengo estos huesos hechos a las penas.

Tengo estos huesos hechos a las penas
y a las cavilaciones estas sienes:
pena que vas, cavilación que vienes
como el mar de la playa a las arenas.
Como el mar de la playa a las arenas,
voy en este naufragio de vaivenes,
por una noche oscura de sartenes
redondas, pobres, tristes y morenas.
Nadie me salvará de este naufragio
si no es tu amor, la tabla que procuro,
si no es tu voz, el norte que pretendo.
Eludiendo por eso el mal presagio
de que ni en ti siquiera habré seguro,
voy entre pena y pena sonriendo.


Miguel Hernández